Lyme Congénito

Está ampliamente documentada la enfermedad de Lyme Congénita o gestacional, en algunos niños que fueron infectados en el útero o por lactancia materna.

 

Si una madre con Lyme, no recibe terapia antibiótica durante el embarazo, hay probabilidades de que pase la bacteria a su hijo bien en la gestación o durante la lactancia. La bacteria borrelia se puede transmitir al hijo por la sangre y por la leche materna.

 

Los niños con Lyme congénito pueden nacer sin síntomas, desarrollándolos poco a poco, o de golpe, a lo largo de los primeros años de vida. Los picos más altos en la evolución de la enfermad, se dan a los 4 y 8 años, y en la pubertad. Quizás debido al desarrollo del sistema inmune o a las hormonas en el caso de los preadolescentes.

Las sospechas en niños con Lyme congénito se dan cuándo aparecen algunos de estos síntomas:

  • aumento de la incidencia de infecciones de oído y garganta (muchas veces sin fiebre)
  • aumento de la incidencia de neumonía
  • fiebres recurrentes sin explicación (o febrícula)
  •  irritabilidad
  • hiperactividad
  • dolor en las articulaciones y el cuerpo
  • pobre tono muscular
  • reflujo gastroesofágico
  • pequeña tráquea (traqueomalacia)
  • cataratas y otros problemas oculares
  • retraso en el desarrollo
  • discapacidades de aprendizaje
  • problemas psiquiátricos

Si la ausencia de diagnóstico en los adultos puede ser devastadora, en el caso de los niños nacidos de madres mal diagnosticadas, ésto se convierte en un drama, en todo el sentido de la palabra.